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Integrado en la Tebaida berciana, en un apartado remanso de paz rodeado castaños, robles, nogales y alisos, en Montes de Valdueza, se encuentra este pequeño refugio conocido por turistas y locales en el que Sara ya lleva 25 años alimentando a todo el que se acerca y no sólo gastronómicamente, sino también a través de su conocimiento, espíritu y buen hacer, que enamora a todo aquel que visita la Cantina.
Este mismo sábado el negocio cumple las bodas de plata, y es doble celebración porque son las de oro de 'Sara' también.
La historia y el paisaje que rodea a este lugar lo ha convertido en uno de los restaurantes más destacados en webs de recomendaciones turísticas, donde las excelentes opiniones sobre su carta y la amabilidad de su mesonera, ha hecho que este 'templo' gastronómico de la Tebaida resista al paso del tiempo.
Cuando uno visita los Montes de Valdueza y disfruta su aislada ubicación entiende por qué fue la zona escogida por monjes anacoretas para el aislamiento y la construcción de monasterios y ermitas, entre ellos el restaurado monasterio de San Pedro de Montes. Las vistas privilegiadas y los sonidos de la naturaleza que invitan a quedarse ha hecho que la cocina de la Cantina de Sara se convierta en otro lugar de peregrinación que ya celebra sus bodas de plata.
Los platos que ofrece la Cantina destacan por rescatar esos sabores que transportan a la infancia, las patatas fritas (de su famoso plato de chorizo con huevos fritos, lacón con pimientos, y patatas fritas) que recuerdan a las que hacía la abuela, la ensalada con ese sabor a verdura de huerto 'como la de antes'. Una carta que cuenta con un número reducido de platos, pero de un sabor inmejorable como reseñan muchos clientes a través de la web Tripadvisor: "En la carta solo hay un plato, una sola ensalada, un solo vino... pero es el mejor plato, la mejor ensalada y el mejor vino", señalan.
Sin duda, la Cantina de Sara es uno de esos lugares donde se detiene el tiempo. Quizás precisamente esto haya conseguido que se posicione como uno de los mejores restaurantes de la Tebaida berciana que ha alimentado a varias generaciones durante 25 años y tiene potencial para continuar otros 25 más.
